"El edificio del Banco de Chile ocupa, con su imponente columnata jónica, el corazón del centro de la ciudad de Santiago". (página 15)
"A la mañana siguiente, junto a la catedral de Tuxtla Gutiérrez, divisamos a Héctor Suárez vestido con la camisa y el sombrero blanco de los campesinos de la zona". (página 25)
Esta vez el punto de encuentro era El Ajusco, un sector montañoso que se alza sobre el Distrito Federal". (página 28)
"Una tarde soleada, cuando volvíamos del Squadritto por calle Victoria Subercaseaux, al pasar frente al hotel Foresta le dije a Valeria que deberíamos pedir una habitación, desnudarnos y ser felices". (página 33)
"Su reacción me indicó que había acertado: era una linda israelí, y mi dominio del hebreo fue suficiente para que accediera a cenar conmigo en el Liguria de Pedro de Valdivia". (página 50)
"Llegamos al New York Palace, nuestro hotel, y atravesamos el fabuloso pórtico italiano que un siglo antes había acogido los carruajes que circulaban por Madison Avenue". (página 119)
"Todavía no me había recuperado del impacto cuando vi, horrorizado, que del interior de aquella torre emergían por millones sus negras moradoras: había destrozado uno de los famosos nidos en altura de las hormigas gigantes del desierto, y ahora la colonia entera avanzaba furiosa por el capó y el parabrisas en busca de venganza". (página 210)
"Un día, sentados a la sombra de un baobab en el Parque de las Esculturas, Eva miró hacia el río y dijo: —Me siento bien". (página 245)
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